Érase
una vez un pastor, que se encargaba de cuidar una manada de bueyes. Un día se
extravió un ternero y él desesperado salió en su búsqueda recorriendo los
alrededores, pero nada, no pudo hallarlo. Tanta era la angustia por la pérdida
de este ternerito, que le prometió a Zeus que si le decía quién era el
responsable, sacrificaría un cabrito en su nombre.
El
pastor continuó buscando y encontró a un león comiéndose a su ternerito. Cuando
vio quien era el responsable de esto, se asustó muchísimo y levantó las manos
exclamando:
¡Gran
Zeus, sé que antes te he pedido que me muestres al ladrón a cambio de un
ternerito; pero ahora te pido que me ayudes a escapar de este león y te prometo
sacrificar un toro!
Moraleja: Los
problemas tienen soluciones pero siempre ten presente que al encontrarle,
puedes estar encontrando el siguiente problema.
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